Homilia en la fiesta de los Ángeles Custodios, patronos de la Policia Nacional

MISA EN LA FIESTA DE LOS SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS
PATRONOS DEL CUERPO DE POPLICÍA NACIONAL


- Sra. Delegada del Gobierno en Extremadura,
- Jefe superior de Policía y miembros de este cuerpo de seguridad del Estado,
- Sr. Alcalde Presidente del Exmo. Ayuntamiento de nuestra Ciudad,
- Autoridades civiles y militares,
- Familiares y amigos de los Policías cuya fiesta patronal estamos celebrando:

En primer lugar quiero felicitar al Cuerpo de policía Nacional en la fiesta de sus santos Patronos, los Ángeles Custodios.

Deseo que mi felicitación cordial llegue también a sus familiares más allegados. Ellos viven, gozan y sufren, día a día, los avatares de ese digno y complejo ministerio profesional que consiste en velar por la seguridad y el orden en el seno de la sociedad, y en ayudar a los ciudadanos en los trances que corresponden a su misión social.

1.- Al celebrar con vosotros, queridos Policías, la fiesta litúrgica de los Santos Ángeles Custodios, quiero aludir a la doble significación que podemos contemplar en esta festividad: Los santos Ángeles actúan en vuestro favor como verdaderos custodios que os defienden y protegen frente a las adversidades y riesgos que comporta la misión policial. Al mismo tempo, vosotros, imitando el modelo de vuestros santos patronos, protegéis a los ciudadanos defendiéndoles de graves peligros en unas ocasiones, y brindándoles la confianza que supone vuestra presencia en determinados lugares y momentos.

Ambas dimensiones de la celebración que nos reúne hoy constituyen una llamada clara y sencilla para que valoremos la atención a la autoridad y asumamos la responsabilidad que a todos nos compromete en relación con el prójimo.

2.- En tiempos tan proclives a una excesiva autonomía individual y a un desviado egocentrismo personal, es muy oportuno considerar los vínculos que, por diversos motivos y conceptos, van estableciendo entre nosotros un tejido de recíprocas dependencias, y que siembran importantes relaciones personales e institucionales.

Cuando el individualismo se convierte en móvil de los comportamientos personales, motiva y alimenta un relativismo creciente. Y cuando ese relativismo va tomando cuerpo en la mente de las personas y en los criterios que han de regir las instituciones, puede ir minando el reconocimiento y valoración del bien común, la aceptación de unos valores fundamentales necesarios para la convivencia, y la corresponsabilidad en la defensa de la dignidad de la persona que es el crisol de toda actuación en la verdad y en la justicia. Defensa de la dignidad de la persona que es, también, la condición imprescindible para lograr y mantener la paz en las relaciones personales y en las que afectan a los pueblos. Defensa de la dignidad de la persona que, partiendo del respeto a la vida desde el primer instante de su concepción hasta su muerte natural, implica también la atención a sus necesidades básicas de subsistencia, de crecimiento cultural, de seguridad y de promoción humana.

Es necesario que hagamos un cuidadoso esfuerzo por abrirnos más allá de los propios supuestos mentales o ideológicos, de modo que éstos no encierren la vida de las personas y de las instituciones en el círculo vicioso de la propia dinámica individualista o corporativista. Es necesaria la apertura al diálogo en la búsqueda de la verdad que trasciende a cada persona y a cada grupo e institución. En ella y desde ella será posible la colaboración, la corresponsabilidad y el verdadero desarrollo particular y universal.

A esa apertura y a esa trascendencia nos invita la palabra de Dios que acabamos de escuchar. “Así dice el Señor (a su Pueblo): -Voy a enviarte un ángel por delante para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado. Respétale y obedécele. No te rebeles porque lleva mi Nombre” (Éx. 23, 20-21).

3.- Llevar el Nombre del Señor significa ser portador de la verdad y de la autoridad de Dios. Esa verdad y esa autoridad no son elementos distintos que requieran asentimientos diferentes. La verdad lleva la autoridad en sí misma. Y toda pretendida autoridad pierde su consistencia si no se basa en la verdad. La auténtica autoridad está en la verdad. Por eso toda autoridad humana queda necesariamente sometida a la crítica que necesariamente nace de la participación de la verdad que cada uno considera tener.

La necesidad de afianzar la autoridad, ha de llevar a una búsqueda incansable de la verdad. Esa búsqueda nos exige una actitud dialogante y abierta al descubrimiento de la verdad que puede venirnos de afuera. En este sentido, toda autoridad se autolimita cuando quien la ostenta se cierra ante la Verdad que nos viene de Dios, que es el Otro por excelencia.

Para ejercer cualquier forma de autoridad, o cualquier forma de servicio, de tutela, de acertada defensa y de orientación personal o social, es necesario, según la palabra de Dios, tener en cuenta al Ángel del Señor. Esto equivale a considerar la enseñanza del Señor, portadora de la verdad que da autoridad a las actuaciones y decisiones humanas orientadas a la justicia, a la convivencia, a la corresponsabilidad y a la paz.

4.- Vosotros, miembros de la Policía Nacional, estáis llamados a ser como los ángeles que enseñan o manifiestan el camino que conduce al orden y a la paz en el respeto mutuo y en la obediencia a la autoridad para el cuidado del bien común y para el respeto a los valores fundamentales que hacen posible la convivencia. Por eso os debemos atención, como atención merecen, en otro orden, los ángeles del Señor.

En la fiesta de los Santos Ángeles custodios debemos elevar nuestra oración pidiendo al Señor la gracia de saber prestar y mantener la atención al mensaje de Dios porque ese mensaje nos brinda la auténtica verdad en la que han de basarse la justicia, el progreso y la paz.

Debemos unirnos en la plegaria suplicando al Señor toda la ayuda que necesiten los Policías para mantenerse en el recto ejercicio de su ministerio al servicio de las personas y de la sociedad.
Que los Santos Ángeles Custodios nos acompañen siempre y nos alcancen la gracia de caminar en la verdad y de construir la paz en la justicia y en el verdadero progreso.


QUE ASÍ SEA

No hay comentarios: